TDAH
El TDAH o Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad es una alteración neurobiológica que aparece en la infancia y se caracteriza por un patrón de falta de atención, hiperactividad y/o impulsividad.
Este trastorno es uno de los más frecuentes en la población infantil con una prevalencia de entorno al 5% de los niños en edad escolar. Lo que representa una media aproximada de 1-2 niños con TDAH en cada clase.
El origen de este trastorno apunta a múltiples factores, siendo los más contrastados en la actualidad factores genéticos y ambientales. Presenta una heredabilidad de aproximadamente del 76%, demostrándose que las personas con familiares afectados por TDAH tienen un riesgo 5 veces mayor de presentar dicha alteración.
Normalmente, en el 70% de los casos, el TDAH suele aparecer junto a otros trastornos psicológicos o psiquiatricos como el trastorno negativista desafiante, trastornos de conducta, trastornos de ansiedad, trastornos del estado de ánimos, tics, trastornos del aprendizaje…
Es difícil hablar de un patrón uniforme de alteraciones comunes a todos los niños y niñas que presentan TDAH, ya que suele haber importantes diferencias en cuanto a síntomas y manifestaciones en cada caso particular, suelen catalogarse en 3 grandes subtipos:
· Predominantemente desatento (el síntoma más destacado es la falta de atención)
· Predominantemente hiperactivo/impulsivo (la sintomatología principal esta asociada al continuo movimiento y/o impulsividad)
· Combinado (presenta los tres síntomas nucleares: desatención, hiperactividad e impulsividad)
Este trastorno puede ser diagnosticado a partir de los 6 años, y comienza a ser más patente con la entrada del niño a la escuela. Suele ir acompañado de un bajo rendimiento académico y conductas disruptivas y molestas en el aula.
Cuanto antes se empiece a intervenir en TDAH mejores serán los resultados que se obtengan, reduciremos enormemente la sintomatología y los efectos negativos socio-emocionales asociados a dicho trastorno: baja autoestima, sentimientos de incompetencia, malas relaciones con los iguales…
La intervención irá orientada a mejorar no solo la sintomatología, sino a trabajar en los diferentes contextos del niño: escuela-familia-niño